martes, 30 de septiembre de 2014

Miedo

Eso es la vida sin ti: un sinfín de horas que transcurren una tras otra, cada minuto una eternidad, tiempo vacío. Es fragilidad, un contínuo caer, una sensación de vértigo insoportable. Y miedo. Miedo es lo que siento cuando pienso que no puedo mirarte a los ojos, que no puedo coger tu mano o notar la calidez de tu cuerpo. Dolor, ver tus ojos llorosos, oír tu voz quebrada, ver como disimulas esa primera lágrima cuando cae por tu mejilla, cuando no puedo abrazarte porque estás lejos o, aún peor, porque te niegas a hacerlo.

Frío, unos labios que tiritan, unas extremidades que dejan de moverse, un corazón que cada vez late más y más despacio, porque le falta el motivo por el que latía... Silencio. De los que duelen, de esos de no escuchar tu risa, de necesitar alguna palabra tuya o simplemente escuchar tu respiración. Una vida sin música, una vida de ruido en la que nada importa. Miedo. Puro terror. Es como no saber qué hacer, (¿cómo sigue la historia?), un punto y a parte, pero sin párrafo que continúa.

Y ahora, dime...

¿En qué se diferencia morir de perderte?